Objetivos de la Cátedra

La cátedra se ha constituido con la misión de analizar en un primer proyecto el impacto de la población vinculada en el desarrollo socio económico y cultural en el ámbito geográfico del Centro de la UNED en Zamora (las provincias de Zamora, Salamanca, el sur de la provincia de León y el oeste de la de Valladolid, con especial significación en las áreas rurales), centrándonos en una primera fase en la provincia de Zamora. Los emigrantes constituyen, así como las asociaciones que los acogen, un activo que pone en valor “lo propio”, promocionando el rico patrimonio natural (el lago de Sanabria, uno de los lagos de origen glaciar más grande de Europa; los Arribes del Duero, imponentes gargantas graníticas excavadas por cursos fluviales; las lagunas de Villafáfila, humedales de gran relevancia ornitológica, la Sierra de la Culebra, otros valles fluviales de notable belleza e importancia como los del Tera o el Esla, etc.), el patrimonio cultural y artístico (una de las concentraciones de arte románico más notable de Europa, fortificaciones militares ligadas a la frontera con Portugal y una riqueza etnográfica y antropológica que, a consecuencia del aislamiento y la despoblación, se ha conservado a niveles superiores que los acontecidos en otros territorios), el sector agroalimentario (vino, queso, lechazo, miel, castañas, etc.) cada día más valorado, etc.

 

 

Se plantea un observatorio de la población actual, con los parámetros de población empadronada, población real, población activa y población vinculada.

El observatorio analizará de forma especial esta “población vinculada” estudiando uno de los más importantes factores de vinculación: las asociaciones, que funcionan como agentes y espacios de esta y que, en buena medida, son dinamizadas por esta población, tanto en nuestra región como en el exterior.

También se analizará la “población vinculada” relevante desde un punto de vista cuantitativo y especialmente cualitativo: su significancia, su tejido económico, cultural, científico, político, deportivo, religioso etc., en una matriz DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), con la intención de conocer, organizar, dinamizar e implementar el papel de esa población en el desarrollo de la región.

Es necesario saber “cuántos son”, pero especialmente “quienes son”, el grado de vinculación, el tiempo de permanencia (si son estacionales o permanentes), si están en activo o jubilados, las actividades que desempeñan (participación en asociaciones -locales o de emigrantes-). El emigrante está claramente conectado con su territorio de origen, como así lo demuestra el crecimiento del número de residencias secundarias y la constitución y mantenimiento de las diferentes asociaciones (como la Casa de Zamora en Madrid), algunas de cuales cuentan con más de 100 años de historia, así como su adaptabilidad a la nueva era de las tecnologías, todo ello ante la finalidad de fomentar la dinamización de su región natal.

Es preciso analizar también los problemas del retorno de los emigrantes, los que regresan a trabajar, sectores vinculados, emprendimiento, los que regresan tras su jubilación, estacionalidad, permanencia, actividades desarrolladas, grado de integración social.

No podemos dejar de lado la inmigración y su impacto en las áreas rurales, valorar la desigualdad de oportunidades y servicios (educativos, sanitarios, recreativos, económicos -bancarios por ejemplo-, de infraestructuras y comunicaciones etc.).

Pero para que el potencial de esa “población vinculada” se desarrolle y de frutos en nuestro entorno es necesario incrementar la relación, impulsar la vinculación que en muchas ocasiones -como en las acciones de mecenazgo llevadas a cabo por los emigrantes en sus lugares de origen-, tiene un largo recorrido, fortalecerla (colaborando con sus asociaciones), resaltarla, divulgarla y ponerla en valor.

Necesitamos esa “población vinculada” para afianzar los proyectos de desarrollo en nuestra tierra: valoración y difusión de nuestro patrimonio (histórico-artístico, monumental, natural etc.), los productos agroalimentarios y la gastronomía (Conviene iniciar el proceso por aquello en lo que ya confiamos, aquello en lo que ya creemos nosotros mismos y por lo que merece la pena apostar).

Pero también esa “población vinculada” es clave en la valoración de “lo nuestro” como agente vehicular de una de nuestras líneas de desarrollo: el turismo, atendiendo de manera especial al sector del turismo rural, que ya utiliza esa población en muchas ocasiones, cuando regresa con amigos y familiares, o cuando la casa familiar ya no presenta las condiciones adecuadas.